Y después de estar todo el día visitando Estocolmo, volvimos al Baltic Queen. Pasamos parte de la tarde y toda la noche en el barco para llegar a nuestro nuevo destino: Tallin. La rutina en el barco fue la misma que la del día anterior: chafardear, participar en las actividades propuestas, conocer gente, cenar y "salir" de fiesta. Nuevamente, las fiestas se concentraban en los pasillos y en los camarotes. Aun así, una de las discotecas del barco llamada originalmente "Disco Ibiza" estaba a reventar.
Uno de los pasillos del Baltic Queen. Por suerte, no era el nuestro.
A la mañana siguiente, a las 10.00h llegamos a Tallin. Comenzamos visitando el barrio antiguo de la capital y alguno de los lugares más típicos y famosos de Tallin. Por suerte, durante toda la visita contamos con una estupenda guía que nos contaba y nos informaba todo lo que debíamos saber sobre la pequeña ciudad.
El recorrido fue el siguiente: salimos del puerto adentrándonos en el barrio antiguo de Tallin por el pasaje de Katariina, un pequeño pasaje de piedra donde se todabía se encuentran algunos de los oficios antiguos y artesanías.
Una vez pasado en pasaje nos dirigimos a que era la zona más alta de la ciudad. Antiguamente, solo había dos caminos en el pueblo que comunicaban la zona alta del pueblo, donde vivían los ricos, y la zona baja del pueblo donde vivían los pobres. Uno de esos caminos conocido como el camino largo era por donde pasaban los caballos, carruajes, etc, ya que era el camino más ancho. En la cima del camino largo se encuentra la Iglesia de Alexander de Nevksi, cerca de la plaza mayor de Tallin, llena de terracitas.
Después de visitar la iglesia y contemplar las vistas desde lo más alto de la ciudad, bajamos por el camino corto, un camino muy estrecho donde solo se puede pasar caminando. Finalmente, nos dirigimos de nuevo al puerto ya que allí cogeríamos un ferry que nos llevaría a Helsinki, y de Helsinki dirección a Jyväskylä.
La verdad es que Tallin es una ciudad muy pequeña pero a la vez muy bonita y con un encanto especial como podéis ver en las fotos. Realmente, Tallin es un lugar que hay que visitar!
Finalmente, me gustaría hacer algunas conclusiones de lo que representó el viaje de Sea Battle:
Pasaje de Katariina
Una vez pasado en pasaje nos dirigimos a que era la zona más alta de la ciudad. Antiguamente, solo había dos caminos en el pueblo que comunicaban la zona alta del pueblo, donde vivían los ricos, y la zona baja del pueblo donde vivían los pobres. Uno de esos caminos conocido como el camino largo era por donde pasaban los caballos, carruajes, etc, ya que era el camino más ancho. En la cima del camino largo se encuentra la Iglesia de Alexander de Nevksi, cerca de la plaza mayor de Tallin, llena de terracitas.
Iglesia de Alexander de Nevski
Después de visitar la iglesia y contemplar las vistas desde lo más alto de la ciudad, bajamos por el camino corto, un camino muy estrecho donde solo se puede pasar caminando. Finalmente, nos dirigimos de nuevo al puerto ya que allí cogeríamos un ferry que nos llevaría a Helsinki, y de Helsinki dirección a Jyväskylä.
El camino corto
La verdad es que Tallin es una ciudad muy pequeña pero a la vez muy bonita y con un encanto especial como podéis ver en las fotos. Realmente, Tallin es un lugar que hay que visitar!
Finalmente, me gustaría hacer algunas conclusiones de lo que representó el viaje de Sea Battle:
- Poder visitar dos ciudades en dos días.
- Conocer a gente de todo el mundo, además de coincidir con gente de Erasmus de tu mismo país, comunidad, e incluso ciudad.
- Perfecta oportunidad para emborracharse y gastarse menos dinero debido al Tax Free.
Aquí ya estabamos reventaos...
